martes, 29 de diciembre de 2015

Usted

Usted,
Con la piel de porcelana,
El cabello de arreboles
Y los ojos almendrados.

Usted,
A la que le faltan alas
Para decorarle la espalda.

Quien me roba el alma con mirarme,
Me hipnotiza a su paso,
Me enreda sin saberlo
Para llevarme entre sus senos.

Usted,
Que tiene el cuerpo hecho poesía,
La sonrisa hermosa y perfecta,
Y las pestañas como rayos de sol.

Ojalá pudieran arder mis besos
Sobre los risos de fuego que engalanan su cuello,
Cantarle al oído todas estas verdades
Y acariciar su sexo con mis labios.

Usted,
Que no sabe nada de esto
Y yo, admirándola a lo lejos.
Quisiera que su belleza no fuera tanta
Para no desbordarme en sentimientos.



Daniela Alejandra González Caicedo

lunes, 28 de diciembre de 2015

Sofia


Me habían contado de ti y de tu enfermedad, bueno, realmente fragmentos de lo que te sucedía. Te conocí un día que viajé a Ibagué, estaba de cumpleaños tu mamá y le estaban organizando una sorpresa. Tú estabas en el sofá de la sala, cansada y sintiéndote mal porque te habían trasfundido. Eras delgada, con el cabello rubio y con pequeños risos, la piel pálida y tus manos que me daban una pista para saber más sobre ti. Era mitad de año y mi papá estaba pendiente de unas carpas para la celebración del Folclorito del conjunto, me pidieron que fuera a recibirlas y me quisiste acompañar, era de noche y caminaste poco, te dolían las piernas y te llevé alzada hasta allá, igual de vuelta. Y para entretenernos comenzamos a ver un capítulo de Sailor Moon, te iba explicando de a poco lo que sucedía. Te tomé la temperatura y advertí que estabas con febrícula, luego pediste una cobija, subió nuevamente la temperatura y tuviste que tomar acetaminofén.

Si supieras cuanto había evitado donar sangre, tal vez era el miedo por las agujas… Una noche te pusiste mal, estabas sangrando y cuando decidimos ir a tu apartamento tu mamá te llevaba en los brazos ¡Está convulsionando!, dijo. Y mi papá salió con ustedes a Urgencias. Mi mami y yo nos quedamos con tu hermanito e intentamos organizar un poco. A diario veo pacientes, pero que difícil fue esa sensación, saber que estabas así y no poder estar yo ayudándote como médico. No habían plaquetas para transfundirte en la ciudad, entonces empezó la búsqueda, por suerte las buenas personas y el internet existen y desde el grupo de Materias y Electivas (…) yo también puede ayudarte. Sin desayunar, trasnochada y preocupada fui a la Fundación Hematológica e hice mi donación con mi novio y una compañera de carrera… Pero ese mes y medio siguiente estuviste en UCI en tres ocasiones.

Tal vez la mayor esperanza era conseguir un trasplante y había un donante para ti, un cordón que debía llegar hasta Bogotá desde España. Que alegría cuando hablé con uno de tus médicos en el HOMI y me dijeron que estaba a tan solo 15 días… Pero también me dijeron que era el trasplante más difícil por tu patología. Llegaste a la Unidad y te pude ver, aunque recibí un llamado de atención “Las visitas deben ser de mínimo 3 horas” y yo te fui a ver por unos minutos porque me escapé de un seminario de Foniatría. El 30 de octubre solo pude saludar a tu papá porque ya habías entrado de nuevo a la Unidad después de disfrutar algo de la celebración de dulce HOMI. Podía saber de ti mediante el grupo de Whatsapp que habían creado bajo el nombre “Los ángeles de Sofi” para que tus papás nos comentaran que iba sucediendo, como era tu evolución respecto al trasplante.

Pero no supe más de ti hasta el 19 de diciembre, pasó lo que puede suceder, lo rechazaste y lo volvieron a intentar. Recuerdo que escribiste que tenías un dolor de estómago muy fuerte, al otro día te operaron y luego te llevaron a UCI. Hasta el último día, estando en lactantes, pasaba frente a la puerta de la Unidad, miraba al fondo y pensaba que estabas allí. Que ahí había una futura médico, como yo, querías ser pediatra para ayudar a muchos niños como tú, hablabas con mucha propiedad sobre ti… Sofi, quiero pensar que como todos, viniste y te fuiste tan rápido para dejarnos una enseñanza, ángeles como tú tienen siempre una misión. Seguiré mi camino y me acordaré de ti, cuando mire al cielo y sabré que estás en alguna parte de él, sin dolor, sin cansancio, sin mas hemorragias ni idas a urgencias, ni transfusiones, ni biopsias, sin mas preocupaciones, con tu sonrisa.

“- La gente tiene estrellas que no son las mismas. Para quienes viajan, las estrellas son guías. Para otros no son más que pequeñas luces. Para otros que son sabios, ellas son problemas. Para mi hombre de negocios significaban oro. Pero todas esas estrellas son mudas. Tú tendrás estrellas como no tiene nadie...

- Qué quieres decir ?

- Cuando mires el cielo por la noche, dado que yo estaré en una de ellas, dado que yo reiré en una de ellas, entonces será para ti como si rieran todas las estrellas. Tú tendrás estrellas que saben reír !

Y volvió a reír.

- Y cuando te hayas consolado (siempre se encuentra consuelo) estarás contento de haberme conocido. Serás siempre mi amigo. Tendrás ganas de reír conmigo. Y abrirás de vez en cuando tu ventana, así, por placer... Y tus amigos se sorprenderán de verte reír al mirar el cielo. Entonces les dirás: "Sí, las estrellas siempre me hacen reír!" Y ellos te creerán loco. Te habré jugado una muy mala pasada...

Y volvió a reír.

- Será como si te hubiese dado, en vez de estrellas, montones de pequeños cascabeles que saben reír...” (El Principito)


Daniela Alejandra González Caicedo

martes, 13 de octubre de 2015

Días largos

Los días se hicieron tan largos
que el reloj de arena
parecia tener todas las playas
corriendo dentro de el.

Las horas transcurrían
lentas y sonoras,
pero sin sabor
sin la dulzura del recuerdo.

Entonces comprendí
que hay cosas
que se deben beber con calma
como el café de besos.

Para mi lo más complicado
eran esas lluvias infinitas
cuando caían estrellas
y pedazos de cielo sobre mi.

Cuando me faltaban
los nudos en la garganta,
porque el tiempo sobraba
para guardarse las palabras...

Me di cuenta
que a veces no falta papel,
sino imaginación
y piel para escribir suspiros.

Lo mas triste
de esos días largos
era su ausencia...
Eran mis brazos
enfermos de soledad.

Tal vez eran lentos
porque el reloj de su corazón
no me daba la hora
y olvidaba que sin él
la vida seguia pasando.

Entendí entonces
que hay personas
a las que extrañas
cuando pronuncias "Adiós"

Y hay otras
que llevas incrustadas
en el pecho
a pesar de la distancia


Daniela Alejandra González Caicedo

viernes, 9 de octubre de 2015

He decidido

He decidido navegar por el mundo a tu lado
Te tiendo mi mano vacía para que la llenes con la tuya
¿Quieres compartir el resto de tu vida conmigo?
¿Quieres sonreír para mí cada vez que despierte?

Quiero vivir a tu lado millones de momentos,
Experimentar la felicidad y la amarga tristeza.
Quiero endulzarte con mis poemas
Y que tú, con tu mirada, me endulces los días.

¿Es mucho pedirte?

Yo sé que soñar contigo a veces parece utopía,
Pero quiero que me des tus ilusiones para cuidarlas,
Saber qué piensas, deseas y odias.
Quiero ser guardiana de todo lo que sientes.

¿Quieres descubrir a mi lado paraísos y desiertos?
Mira que explorar acompañado es más divertido,
Nos robaremos las risas en cada fotografía,
Escribiremos historias todos los días.

Qué bello es hacer planes a futuro sin sentirnos obligados,
Decidir caminar juntos por caminos paralelos,
Apoyarnos y levantarnos cuando sea necesario
Y mirarnos a los ojos cada vez que decimos “Te amo”


Daniela Alejandra González Caicedo

jueves, 1 de octubre de 2015

Obiris

Bajo la leve luz de la luna…
Espero con ansias su regreso…
Espero la carcelera del odio disyunta…
Que traiga aires de libertad a este preso…

Esclavo de sus ojos…
Reo de sus sonrisas…
Recluso de su ser…
Prisionero de su tenue voz…

El fuego… su esencia…
La luna… su razón…
No puedo abstenerme a su angelical presencia…
Sus recuerdos divagan en mi mente… una cadencia

Oh dulce adagio…
Fluye a través de mi piel…
Haz de mi corazón tuyo también…
Procede y la vida será más dulce… tal vez como miel…

“No perdáis de vista el horizonte bella Obiris”

Cubre tu manto de luz y de amor…
Sabes el nombre que dice este dolor…
Tómame y el viento hará una canción…
Con el fuego eterno que sellara nuestra unión…

Toma mi sangre… Bébela…
Arde en la llama… pues solo así podrás adorarme
Haz lo que pido… porque esta es la ley
No me creas… experimenta… bebe pues no hay otro medio…

Ah… bajo la luz de la luna…
Os hago una adulación bella Obiris…
Tan delicada como el pétalo de una rosa…
Tan fuerte cuan lucero de diosa…

“Obiris… bendigo el día que nuestros destinos se cruzaron”

Cruzando el camino de la tristeza y la desesperación…
Te veo… mi adagio… mi dulce tentación…
Mí ansiado romance… mi anhelada amada…
Pequeña alma condenada…

¿Tú sabes dónde encontrarme?
Antes de que la luna se desvanezca…
¿Si sabes cómo buscarme?
Antes de que mi fe desaparezca…

Un ramo de rosas… una visión macabra
Un piano en la oscuridad…
Ah… el sonido cotidiano de mi soledad…
El ruido rutinario de mi realidad…

Y tras aquella perdida mirada…
La he de esperar…hasta que el destino lo decida…
Ojala sea pronto… me bruma la melancolía…
Te espero… bella Obiris… amada mía


Azaak Zatania

lunes, 7 de septiembre de 2015

Hoy

Hoy fuiste estrella fugaz,
Pensamiento travieso,
Hoy te aluciné
Quizá como tú lo has hecho por mucho tiempo.

Hoy te veía al cerrar los ojos,
Te escuchaba sobre las voces,
Te sentía como creo que puedes sentirte.

Hoy tengo para ti un cuerpo y una voz,
Hoy no te imagino más.

Te quiero conmigo,
Me quiero contigo.
Nos quiero juntos
Aunque sea en el final del mundo.

Hoy, mañana, siempre,
El tiempo es un ir y venir
Y nosotros un nudo que no se suelta.

Qué casualidad volverte a encontrar
De donde nunca te has ido,
Eres un recuerdo vivo.

Te quiero conmigo,
Me quiero contigo,
Nos quiero juntos
Con los rostros cercanos,
Las manos unidas,
Pagándonos los besos,
Marcándonos los sueños.


Daniela Alejandra González Caicedo