Por mi lozana cara
Tan blanca azucena
Resbalan gotas de hiel,
Tan negras como tu alma
Tan sucias y detestables
Como el hedor de tu piel.
Ellas, simplemente caen
Alimentan un dolor
Desgarrando mis cuerda vocales
Entre mil gritos de silencio
Y sin saberlo, empañan mis ojos
Y sin quererlo, abren llagas en mi piel.
Me falta el bolígrafo de vida,
Me asfixia la ausencia del papiro…
No escribo, no hay tiempo
El corazón palpita y mi mano se aquieta
Ya no serán nunca más lágrimas diáfanas
Pues sin saberlo, al no poder escribir
Por mis pómulos trivialmente
Se deslizan ¡Lágrimas de tinta!
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