Déjeme
decirle que sus rizos
Parecen
nubes enredadas en el cielo al atardecer
Y que su
sonrisa,
Es el último
aliento del sol en el occidente.
Que cuando
le veo,
Me da la
impresión de que levita.
Que sus pies
flotan
Para no
pisar el suelo que yo piso,
Porque usted
no es de este mundo.
Entonces,
Mientras su imagen sigue allí,
Mientras su imagen sigue allí,
Dejo que mis
suspiros se vayan en el viento
A ver si al
menos ellos
Logran
acariciarle las mejillas
Su piel
parece porcelana,
Es tan
blanca que pienso,
Llega a ser
transparente.
Como supongo
es su alma:
Clara, tierna...
Y cuando voy
a la cama,
Desearía ver
su cabello sobre mi almohada,
Para
respirarle en el cuello
Y darle besos
en los párpados ya dormidos
Daniela Alejandra González Caicedo
Daniela Alejandra González Caicedo
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