Lo extrañaré,
a él...
A él y a sus frases
en italiano y francés.
Extrañaré
sus abrazos amplios
sus sonrisas leves,
sus miradas inocentes.
Extrañaré aprender
de lo que nos apasiona.
Extrañaré su voz
en mis versos,
y en las canciones que adora.
Lo tendré presente,
lo tendré presente en cada hora,
en cada paso,
en cada aurora...
Y me bastará con ello.
Mientras tanto
rodará melancolía
por las sonrisas que me surgen
al recordar lo que fue
y lo que algún día será
si soñamos que volverá
a suceder...
Daniela Alejandra González Caicedo
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